Simbólicamente el cambio de un año a otro es transición y definitivamente a muchos nos lleva a la reflexión, de una u otra forma.
Se cierra una puerta. Se abre otra. Las expectativas ahí están y, sabiendo que no podemos saber a ciencia cierta que depara el futuro, no se puede evitar pensar con optimismo y regocijo y aún también sabiendo que viene un año durísimo, si sabemos internalizar esta parte (nada fácil, por cierto), lo afrontaremos como un reto y nos pondrá a prueba en muchos sentidos...
* Imagen: recibiendo el 2013 en el Angel de la Independencia
Se cierra una puerta. Se abre otra. Las expectativas ahí están y, sabiendo que no podemos saber a ciencia cierta que depara el futuro, no se puede evitar pensar con optimismo y regocijo y aún también sabiendo que viene un año durísimo, si sabemos internalizar esta parte (nada fácil, por cierto), lo afrontaremos como un reto y nos pondrá a prueba en muchos sentidos...
* Imagen: recibiendo el 2013 en el Angel de la Independencia
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