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lunes, 1 de febrero de 2010

EL OPORTUNISMO, ¿UNA "CUALIDAD" MUY MEXICANA?

Gracias al alza de impuestos y de precios el hartazgo de la gente se ha hecho más pronunciado, pero parece que la clase política no entiende. ¿Se sentirá muy segura en sus cotos de poder, o es que su desverguenza está rayando en el cinismo descarado? Y es que todavía, encima de que saben perfectamente del descontento por la situación de crisis en el país, todavía como si se burlaran, se ponen a realizar sus alianzas partidistas en donde la ideología, los principios y la ética personal son barridos, no importan en absoluto. Supongo que así, con ese mismo cinismo, barren con los reclamos de la gente y hacen oídos sordos.

Quisiera pensar ingenuamente que el movimiento social que encabeza AMLO se salva de esos oportunismos, pero no es así, desafortunadamente. Pareciera que todavía mucha gente que rodea a Andrés Manuel no capta la ideología y el proyecto... o más bien no quiere hacerlo, así es más cómodo y mientras puedan sacar provecho personal, ¡pues qué mejor!

Es un hecho que los parásitos siempre van a abundar, lo mismo que los oportunistas, los interesados, los que se cuelgan de otros y eso es algo que se ve en todos los ámbitos, no solo en el político, lo que sucede en el ámbito político es que estos parásitos/oportunistas/interesados afectan a un grueso de la sociedad, la lastiman y además continúan alimentanto y acrecentando ese descontento, desencanto y desconfianza en la clase política en general. Con oportunistas así, ¿cómo esperamos entonces que le gente crea en un proyecto o en la política como tal, si este tipo de entes siguen alimentando la premisa de que la política en sí es un asco?

El 22 de noviembre pasado, día en que nos reunimos en el Zócalo capitalino en la última gran asamblea del año que convocó AMLO, publiqué la reflexión respecto al día, pero dediqué el colofón a uno de esos oportunistas. Pues bien, hoy hablo más amplio del mismo: el personaje en cuestión tiene el nombre de Victor Hugo Lobo y actualmente es el delegado de la GAM. Lo primero que tengo que opinar de su persona, o al menos la primera impresión que tuve la expreso netamente como medio alternativo, pues con cámara en mano, una procura sacar buenas tomas de los momentos importantes de tal o cual evento, pero resultó que ya había tenido yo algunas malas experiencias porque "la gente" de este individuo comenzó a distinguirse porque andando siempre en masa tenía además la bendita costumbre de llevar soberanas banderas amarillas tamaño 'de que me ves, me ves' y siempre con la inconciencia hacia el prójimo de tapar la vista, pues no solo a quienes teníamos cámara, sino al público en general.

Ya en ocasiones anteriores también he expresado mi descontento por la inconciencia y el poco respeto a los demás cuando mantas y banderas en general tapan la vista a otros. A nadie que ya llevamos nuestro rato en esto nos suena extraño las mil-chorromil veces que desde el templete mismo tienen que recordar: 'bajen sus banderas' y esto lo tienen que repetir de manera tan reiterada que trato de entender si la frase no lleva oculta en el mensaje una difícil y poco entendible fórmula de cálculo diferencial e integral, pues al día de hoy casi nadie lo comprende.

Me regreso con el delegado de la GAM. Las imágenes que muestro a continuación son del 22 de noviembre pasado:

"La gente" de Lobo (entrecomillo el término porque no culpo por entero a esa gente. Vaya yo a saber si la necesidad o la ignornacia es mucha como para caer en esto):



En esta panorámica se aprecian las enormes banderas amarillas, en primera fila desde temprana hora y sí: todavía varias tapando a todo el que tuvo la mala fortuna de pararse detrás del conglomerado después de que ya habían pedido que se bajara todo tipo de faramalla para dejar ver el templete...



Para variar y no bastándole semejantes sábanas con su nombre en tan discreto color, también es megalómano. No sé ustedes, pero me recuerdo a Enrique Peña Nieto, ¿ustedes no?...



Y nada tonto, ahí lo tuvimos en primera fila, en el templete, colgándose como muchos lo han hecho, de AMLO...



Hasta aquí, bien se pudiera pensar que todo lo que expreso es descontento personal dadas las anécdotas que tuve previamente en que en diversas ocasiones me taparon la vista y las tomas con su parafernalia publicitaria, pero el viernes pasado, día en que se llevó a cabo la mega-marcha, fue toda una sopresa para mí encontrarme los bardeados que rodean la plaza central del Zócalo lleno de cartulinas con reclamos hacia su persona...







Así mismo, esa misma tarde-noche tuve la oportunidad de charlar con dos habitantes de esta delegación que vienieron a confirmar lo dicho en esas cartulinas. Victor Hugo Lobo está actuando con un vil cacique partidista, dejando a mucha gente sin empleo para meter a su gente más allegada, así que como se puede apreciar, los mecanismos de operación de los oportunistas no cambian.

* El colofón: Y como bien me dijeron esa misma tarde: Lobo se dice de izquierda, pero actúa y procede como lo haría alguien de la derecha. Ante esto la gran pregunta queda en el aire: ¿por qué ese tipo de personas no se desplazan a donde su manera de actuar y pensar será bien recibida y hasta aplaudida? Partidos políticos para eso sobran, de hecho son los que abundan, desgraciadamente. Lo que deja de lección este tipo de reflexión (llámenlo denuncia también) es cómo hacer para que voces ciudadanas sean escuchadas y además atendidas en sus demandas y denuncias, pues resulta que además tenemos la disyuntiva: somos muchos los que queremos que renuncie FeCal por su ilegitimidad, su incompetencia y por haber traicionado la confianza al menos de los que confiaban en él antaño, así que entonces, ¿cómo hacer para mantener el movimiento social del que somos partidarios y al cual representamos, cada uno de nosotros, lo más despejado posible de este tipo de individuos que nada le piden a tanto sátrapa de la derecha que se mantiene en la oligarquía del poder? Esa es la gran disyuntiva.

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