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Una señal de telefonía e internet del pinche nabo que no nos dejó comunicarnos, ni subir imágenes durante toda la marcha y represión al final de la misma en el Zócalo capitalino es el saldo del día de hoy.
Algunos compañeros estábamos cenando en el changarrito de la imagen, ubicado sobre la calle de Tacuba. Como pueden apreciar, no todos los locales se tragan la doctrina del miedo de los "revoltosos" que causan desmadre en los mismos. La marcha pasaba y el local seguía en lo suyo con su clientela, incluso desde adentro se coreaban las consignas de los contingentes que pasaban (por esta calle pasó el que venía de Tlatelolco, el de los estudiantes universitarios).
Tuvimos que pagar la cuenta en friega porque pasaron corriendo muchos chavos. Algunos tuvieron a bien meterse al local, la dueña del mismo les dio la oportunidad de guarecerse y solo bajó la cortina cuando se vio en la lejanía que venían los granaderos en jauría con escudos en mano. Sabiendo que el punto clave es que no debemos dejarnos encapsular, nos dirigimos a la estación del metro más cercano para agarrar camino a nuestros respectivos cubiles.
Ha trascendido, a estas alturas, de los desmanes que causaron los granaderos y policías al írseles encima a los civiles que aún estaban en el Zócalo después de las 9:00 p.m., como consta el testimonio del compañero Ulises Flores:
Algunos compañeros estábamos cenando en el changarrito de la imagen, ubicado sobre la calle de Tacuba. Como pueden apreciar, no todos los locales se tragan la doctrina del miedo de los "revoltosos" que causan desmadre en los mismos. La marcha pasaba y el local seguía en lo suyo con su clientela, incluso desde adentro se coreaban las consignas de los contingentes que pasaban (por esta calle pasó el que venía de Tlatelolco, el de los estudiantes universitarios).
Tuvimos que pagar la cuenta en friega porque pasaron corriendo muchos chavos. Algunos tuvieron a bien meterse al local, la dueña del mismo les dio la oportunidad de guarecerse y solo bajó la cortina cuando se vio en la lejanía que venían los granaderos en jauría con escudos en mano. Sabiendo que el punto clave es que no debemos dejarnos encapsular, nos dirigimos a la estación del metro más cercano para agarrar camino a nuestros respectivos cubiles.
Ha trascendido, a estas alturas, de los desmanes que causaron los granaderos y policías al írseles encima a los civiles que aún estaban en el Zócalo después de las 9:00 p.m., como consta el testimonio del compañero Ulises Flores:
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Para variar y como ya es costumbre: hay detenidos. Estemos pendientes de ellos.
En la siguiente imagen se puede apreciar a los peligrosos revoltosos siendo golpeados por granaderos:
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Y el testimonio de uno de los agredidos que sale en la foto:
* El colofón:
'Hemos sido tolerantes hasta excesos crticiados, pero todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico, como a los ojos de todo el mundo ha venido sucediendo.'
Las anteriores líneas no fueron pronunciadas textualmente por Enrique Peña Nieto, sino por Gustavo Díaz Ordaz, en el IV Informe Presidencial ante el Congreso de la Unión. Corría el 1ro. de sept. de 1968. Sin embargo, el actual PRIísta a la cabeza del país ya ha dado visos de líneas similares. Ayotzinapa está poniendo en jaque al sistema y no puede ser silenciado. A nivel internacional los ojos de muchos están sobre México a través de diversas voces, incluso parlamentarias, que piden que se resuelva el caso, que se encuentre a los 43... y las voces disidentes no cesan en señalar, exigir justicia, exigir respuestas. Ante esto, es sabida la manera como reacciona y responde el sistema
Las anteriores líneas no fueron pronunciadas textualmente por Enrique Peña Nieto, sino por Gustavo Díaz Ordaz, en el IV Informe Presidencial ante el Congreso de la Unión. Corría el 1ro. de sept. de 1968. Sin embargo, el actual PRIísta a la cabeza del país ya ha dado visos de líneas similares. Ayotzinapa está poniendo en jaque al sistema y no puede ser silenciado. A nivel internacional los ojos de muchos están sobre México a través de diversas voces, incluso parlamentarias, que piden que se resuelva el caso, que se encuentre a los 43... y las voces disidentes no cesan en señalar, exigir justicia, exigir respuestas. Ante esto, es sabida la manera como reacciona y responde el sistema
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